En la época de nuestros abuelos, existía una tradición muy común, que era el reciclaje del aceite doméstico. Este aceite lo mezclaban con agua y sosa cáustica y fabricaban todo el jabón que necesitaban en casa. Esta acción la realizaban no pensando en el medio ambiente, si no por la situación económica que se vivía en aquella época.

Sin embargo, en la actualidad, desechamos el aceite doméstico por el desagüe de la cocina, esto, da lugar a que dos tercios de ese aceite, acabe en la alcantarilla encareciendo y complicando el tratamiento de las aguas residuales, ya que un litro de aceite contamina miles litros de agua, por ello, el agua contaminada, cuando llega a las depuradoras no puede eliminar el 100 por 100 del aceite que contiene, causando la contaminación de ríos y la alteración del ecosistema.